jueves, 25 de agosto de 2016

UNA BATUTA EN BUSCA DE DIRECTOR de María del Pilar López Gómez



Cuando asisto a un concierto
de música clásica
me mantengo despierto
¡no es complicada, es básica!
En la orquesta de Cámara
hago aparición
¡con mi talento 
causo una revolución!

(Reunión de Instrumentos. Cuentos cortos)


¿Quién no ha sentido la emoción de niño cuando ha descubierto la música? ¿Quién de nosotros no ha bailado moviendo el culo como un pato, siendo solo un bebé cuando sonaba una canción pegadiza en la radio? A la emoción inicial de escuchar y sentir la música cuando somos unos niños pequeñitos, se suma la expectación que nos crea la primera vez que tenemos un instrumento musical en las manos, ya sea para hacerlo sonar melodiosamente o, como en mi caso, producir horribles ruidos; pero en ambos casos, esos extraños objetos a simple vista, despiertan nuestra curiosidad y siempre nos fascinan cuando los oímos sonar. Reconozco que no aprender nunca a tocar el violín decentemente, vamos, a no hacerlo chirriar, es una pequeña espinita que llevo clavada dentro
(tampoco logré aprender más de dos canciones a la flauta, aunque poco reconocibles, se apreciaban algunas notas musicales acertadas. Lo mismo pasó con la guitarra, la bandurria, el acordeón -este incluso me hizo caer al suelo en un primer intento de colgármelo al pecho- la armónica, el triángulo...) y aunque con el paso de los años se va asimilando que no tienes talento musical alguno, y menos oído que un gato de escayola, aprendes que con la música se disfruta de muchas maneras, y lo haces en grande siempre. Os contaré un secreto que nadie sabe y espero que no salga de aquí, ya que estamos entre amigos: me encanta fingir que toco el violín o que dirijo una orquesta cuando escucho música clásica o que toco el contrabajo  y hasta el saxofón en una banda de jazz. 
La música es la más completa de las compañías, la mejor cura para el mal humor, el bálsamo que cura todas las heridas del alma y del corazón, la mejor de las terapias contra el dolor y la magia blanca más poderosa que existe en el Universo. 

...que la música sea el alimento del amor...


EL LIBRO.

Lucía tenía seis años cuando encontró por casualidad una vieja batuta abandonada en un parque, mientras paseaba junto a su padre tras un día de lluvia; poco podría imaginar Lucía que aquella vieja y olvidada  batuta la llevaría a vivir una gran aventura musical. Como si de una varita mágica se tratara, Lucía usaba su batuta esperando que la llenara de magia y diversión, pero lo que aquel objeto le hizo vivir, superó todas sus expectativas con creces. 

A través de la lectura de este libro descubrirás que nada es lo que parece y lo que parece puede no ser real. 
La música es magia. La música es poesía.
María del Pilar López Gómez es una maestra cuya pasión por los niños solo es comparable con la que siente por la música, de ahí que haya unido ambas y nos deleite a niños y mayores con este cuento maravilloso sobre una niña y una batuta, toda una aventura mágico-musical. 

LA OPINIÓN DEL GATO.

Siempre he sido una cuentista de tomo y lomo, en todas las acepciones que tiene la palabra. Mi abuela decía que dejara de contarle cuentos cada vez que me pedían explicaciones sobre algo, mi tía me decía que solo tenía cuentitis cuando le decía que si no merendaba pan con chocolate me dolería mucho la cabeza y mi madre me decía que más estudiar y menos inventar historias, que era toda una cuentacuentos; la verdad es que era totalmente cierto, todas tenían razón, padecía del síndrome del contador de historias, que puede que no cuente con diagnóstico médico reconocido o que no se haya incluido dentro de la lista de enfermedades vírico infecciosas, pero yo la padecía y estaba severamente infectada. Todo empezó, probablemente, con el cuento de la Cigüeña y el campanario, que me contaba mi abuelo por las noches cuando era muy pequeña, o el de las Siete Cabritillas, que nos contaba mi madre para que comiéramos sin llorar, y es que fue entonces cuando me infecté de por vida de esta maravillosa enfermedad que de existir cura, no la quiero cerca de mí. 
Leía cuentos en voz alta para mi hermana pequeña y mis primos, escribía los míos propios para luego poder leérselos a todos,  y mi bautizo como cuentacuentos profesional empezó con tan solo 14 años, en una residencia de ancianos.  Así que si, soy una cuentista de tomo y lomo. 
Cuando vi por primera vez la portada de Una batuta en busca de director (una vez más, las portadas me hablan, me hipnotizan, me abducen...) supe que tenía que ser mío; algo me decía que me iba a emocionar, a volver a sentir cosas que hacía tiempo había ignorado, que regresarían los recuerdos que creí olvidados y que disfrutaría mucho. 
Pues no fue así.
Me quedé corta. Ha sido mucho más que un disfrute absoluto el que me ha hecho sentir este pequeño cuento, y es que su autora, gran conocedora de los niños como maestra que es (algo más en común entre ambas) había escrito un
cuento para niños que emocionaba a los adultos, y es que no hay que olvidar que todo adulto, no solo fue un niño una vez, es que dentro de él, sigue llevándole en el corazón. Es cierto que es un cuentito corto, sin grandes pretensiones, pero resulta realmente delicioso, como si fuera un bomboncito relleno de dulce de leche, una delicatessen total; la música gusta a niños y pequeños, todos hemos creído en la magia, -algunos aún creemos- muchos hemos luchado por un sueño y no son pocos los que lo han conseguido, todo esto nos une irremediablemente a los seres humanos y si le sumamos el encantamiento que ejercen en nosotros los cuentos, el resultado es maravilloso.

La autora recomienda el cuento para niños entre 6 y 9 años, yo se lo he leído a un niño de 7, una niña de 2 y una perrita de 8 (si, ella también se unió al grupo y escuchó atentamente, incluso nos deleitó con su propia versión ladrido a ladrido de la canción que todos encontraréis dentro del libro) y aunque es cierto que el niño disfrutó mucho más porque se identificaba con la protagonista, la pequeña de dos años no paró en ningún momento de tocar un improvisado tambor y reír como una loca, así qué, resultado del experimento: positivísimo.
Y espero que nadie me acuse de haberlo testado en animales al contar con la yorkshire como público activo...

Solo he encontrado una pega al cuento de María del Pilar López, aunque es una pega importante: a partir de su lectura, los niños no dejarán de recoger palos para convertirlos en batutas, y advierto que no cesarán ni sea fiesta, ni llueva ni abrase el sol. Advertidos quedan los padres. El que avisa no es traidor.

...porque los sueños, no solo sueños son...





UNA BATUTA EN BUSCA DE DIRECTOR
María del Pilar López Gómez

ISBN: 978-84-9126-679-2

Editorial Círculo Rojo

Blog de la autora

Para adquirir el libro pinchad AquíBibabukAgapea


Imágenes del texto: ©Yolanda T. Villar


©TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS





Una batuta en busca de director from Editorial Círculo Rojo on Vimeo.

2 comentarios:

  1. Me encantan tus reseñas, ya los sabes. Este cuento me lo apunto para comprarlo para el peque (que, como dice el refrán, es bueno tener niños para echarles la culpa, en este caso, es bueno tener niños para tener una excusa, jeje).
    Un besazo

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    Respuestas
    1. Es un cuento breve, se lee en un momento y por la experiencia con los dos niños con los que lo leí, te aseguro que les encanta.

      Un beso, guapetona!!!

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