martes, 30 de agosto de 2016

TRABAJOS DE AMOR PERDIDOS - FESTIVAL DE TEATRO CLÁSICO DE OLITE


Para describir el amor se necesitarían un elevadísimo número de muestras, tantas como personas en el mundo lo experimentan, pues existen tantos tipos de amor como parejas enamoradas. Tratar de escapar a su llamada ha constituido siempre una prueba manifiesta de control físico y emocional en muchas culturas. Aquellos que lo consiguen son gentes firmes y de gran fortaleza ánimica pero, qué duda cabe, pierden la oportunidad de experimentar una de las sensaciones interiores de felicidad más plenas que puede sentir el ser humano. Que se lo digan a todos aquellos que intentaron escapar de su atracción y no lo consiguieron...

El broche final al Festival de Teatro Clásico de Olite llegó de la mano de la Fundación Siglo de Oro, que trajo hasta el escenario de La Cava una de las primeras obras de Shakespeare, un texto fresco en el que se intuye la forja de la gran personalidad del dramaturgo inglés como autor de teatro. No obstante, estamos ante una obra que pretende atraer la atención del público desde el inicio, y cuyos personajes se encuentran entregados a desenmarañar la madeja de hilos y atracciones que, unos y otras, sienten entre ellos. Las grandes cuestiones vitales vendrán con la madurez literaria de Shakespeare, pero el sentido del ritmo y el control de los tiempos escénicos son muestra inequívoca de la autoría del consentido del The Globe.


En esta historia, el Rey de Navarra y algunos de los más distinguidos miembros de su corte deciden recogerse en un castillo para, engrandeciendo y ensanchando los muros de su mente, su alma y su moral, hacer de Navarra un reino que asombrará al mundo. A ello se entregan con vehemencia, hasta el extremo que entienden que, cuanto mayor sea el sacrificio, mayor será la recompensa. Por eso, deciden ir más allá y se obligan a dejar a un lado cualquier tipo de atracción por el sexo contrario, entendiendo este gesto como una clara muestra de su imperturbable decisión y de la solidez de sus principios. Sin embargo, la llegada de la Princesa de Francia y varias de sus doncellas al castillo, en visita al reino de Navarra, pondrá en serias dificultades el noble compromiso de tan loables caballeros. Será entonces cuando comiencen los enredos entre los personajes, sus flirteos, sus juegos de diálogos, y una serie de embrollos y situaciones cómicas que despertarán innumerables carcajadas a lo largo de toda la obra.


En esta ocasión, la dirección es cosa de cuatro manos, las de Tim Hoare y Rodrigo Arribas. Entre los dos, consiguen una propuesta muy bien elaborada, un conjunto estéticamente cuidado y armonioso, una puesta en escena original y un respetuoso trato a la atrevida adaptación del texto realizado por José Padilla. La escenografía es muy atractiva, pudiendo hallar el espectador, gracias a un preciso juego de luces, un tupido bosque navarro o un regio salón de pilares en una acertada composición (que juega con la perspectiva y los puntos de vista desde la platea) creada a partir de unos listones de madera levantados del suelo.
El elenco de actores desarrolla su labor con precisión, demostrando que tienen sus respectivos papeles en la palma de su mano, controlando sus emociones, sus ímpetus, sus silencios y toda la paleta gestual, amplia y pintoresca, que los personajes requieren para rescatar sus corazones apasionados de la fría coraza de hielo en la que tratan de envolverlo.
Y es que el amor es capaz de imponerse a la mayor de las inclemencias, vengan de donde vengan y tengan la motivación que tengan. Éste es el mensaje que William Shakespeare trató de mandar a sus coetáneos cuando comenzaba a hacerse un hueco en la Historia Universal. El mismo mensaje, renovado y accesible, es el que nos tratan de acercar desde la compañía Siglo de Oro: una propuesta útil, perfectamente engranada, que garantiza dos horas  de entretenimiento de calidad a nivel escénico y técnico, y que nos permite descubrir a un Shakespeare diferente, un Shakespeare que, a pesar de ser novel, demuestra que el teatro formaba parte del torrente que recorría sus arterias y llegaba a su mente con claridad pero al mismo tiempo en creativa ebullición. Les pasa a los genios.




COMPAÑÍA
Fundación Siglo de Oro

DIRECCIÓN
Tim Hoare - Rodrigo Arribas

REPARTO 
Javier Collado, Montse Díez, Jesús Fuente, Alicia Garau, Jorge Gurpegui, Julio Hidalgo, José Ramón Iglesias, Alejandra Mayo, Sergio Moral, Raquel Nogueira, José Luis Patiño, Lucía Quintana y Pablo Vázquez

EQUIPO ARTÍSTICO/ TÉCNICO  
Adaptación: José Padilla 
Diseño de Escenografía y Vestuario: Andrew D. Edwards 
Diseño de Iluminación: Alberto Yagüe 
Composición Musical: Xavier Diaz-Latorre 
Coreografía: Tanja Skok 
Caracterización y Coordinación de Diseños:  Susana Moreno 
Construcción de Escenografía: Utilería-Atrezzo, S.L. 
Taller de Vestuario: Rafael Solis 
Adjunta de Dirección: Verónica Clausich 
Asistente de Dirección: Grainne Dromgoole 
Asistente de Coordinación de Escenografía: Anna Gil 
Dirección Técnica: Carlos Barahona 
Espacio Sonoro: Oscar Laviña 
Asistente de producción: Raquel Navarrete 
Dirección de Producción: Fundación Siglo de Oro
 

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Redacción y Fotografía:
Santiago Navascués

©TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS

2 comentarios:

  1. Ya sabes que amo el teatro, así que me ha encantado el post ^^

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    1. Gracias Tamara!! El Teatro se mete en las venas y fluye con la sangre.
      Un beso.

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