miércoles, 2 de septiembre de 2015

TODO MORTAL de Ana Belén Rodríguez Patiño




"La noche comenzaba a extender sus sombras; la luna rielaba en la superficie del lago; la niebla se arremolinaba al soplo del aire, y los ojos verdes brillaban en la oscuridad como los fuegos fatuos que corren sobre el haz de las aguas infectas... Ven, ven... Estas palabras zumbaban en los oídos de Fernando como un conjuro. Ven... y la mujer misteriosa lo llamaba al borde del abismo donde estaba suspendida, y parecía ofrecerle un beso..., un beso...

Fernando dio un paso hacía ella..., otro..., y sintió unos brazos delgados y flexibles que se liaban a su cuello, y una sensación fría en sus labios ardorosos, un beso de nieve..., y vaciló..., y perdió pie, y cayó al agua con un rumor sordo y lúgubre.

Las aguas saltaron en chispas de luz y se cerraron sobre su cuerpo, y sus círculos de plata fueron ensanchándose, ensanchándose hasta expirar en las orillas."

("Ojos Verdes", Fragmento. Bécquer)




Leo habitualmente, a mi parecer nunca es suficiente, pero según aquellos que me conocen, leo demasiado ¿De verdad se puede leer demasiado? Lo cierto es que me gustaría -al igual que a muchos de vosotros- más horas al día para poder leer todos esos libros que se me van amontonando en las estanterías, escritorio, mesas, sillas y hasta el alféizar de la ventana...mi curiosidad por infinidad de temas y mi variedad en el gusto, hacen que rara vez diga No a un libro antes de leerlo, aunque reconozco que siento debilidad por ciertos géneros y sin poder evitarlo termino inclinándome más hacia ellos a la hora de elegir; Ayer estaba leyendo esta novela, "Todo mortal" de Ana Belén Rodríguez Patiño, y alguien me preguntó si era por obligación o devoción, ¿perdón? pensé yo, ¿se puede leer por obligación a estas alturas? ni siquiera en época estudiantil hubo que forzarme a la lectura, daba igual la asignatura, leer ya era por si mismo un disfrute (incluso leía en voz alta las preguntas de matemáticas para restarles de esta manera complicación, o eso pensaba yo, era como humanizar los números), la cuestión es que sin pretenderlo me puso a pensar en ello. Había comenzado la lectura la tarde anterior, de que me di cuenta eran ya más de las once de la noche y ni siquiera había cenado, continué con el libro a la mañana siguiente y el ansia por saber el desenlace, casi me hace quedarme sin comida, pues poco faltó para que se quemara (suerte que en casa si estaban famélicos y corriendo me avisaron del desastre que se avecinaba en la cocina).
Creo que la respuesta la llevaba el aire con aroma a Falla valenciana ¡Por devoción y convicción, por supuesto! contesté.
Da igual que el libro haya sido elegido para reseñar, para acompañarme en un viaje, para leer antes de acostar, para matar el tiempo en las esperas, para todo al mismo tiempo y para ninguna de las cuestiones anteriores ¡Un libro debe ser siempre un deleite y un bálsamo para mente y cuerpo! Devoción absoluta, si señores.

Y para ello es primordial que el libro sea bueno ¿Y qué es ser bueno? pues para empezar, si consigue que mantenga la boca cerrada por la que no entran ni moscas ni dulces, ya es todo un presagio de calidad. 
El resto de requisitos, en este caso concreto, lo ha puesto fácil Ana Belén Rodríguez escribiendo una auténtica joya como pocas veces se tiene la oportunidad de leer hoy en día

¿Que exagero? Pues pasen, lean y decidan...



EL LIBRO.

Mediados del siglo XIX, un nuevo concepto de sociedad irrumpe en una todavía ancestral y arcaica España que se aferra a sus antiguas creencias y sus vetustas costumbres; una lucha entre ciencia y superstición que lejos de tener un claro vencedor, parecen destinadas a empatar eternamente. Durante el año 1853, una amalgama de personajes, cruzarán sus caminos, sus miedos, sus anhelos y sus proyectos futuros, encaminando sus pasos hasta la fascinante y misteriosa Sevilla. Desde el Nuevo Mundo, pasando por Luanco y recorriendo la siempre eterna Híspalis, los protagonistas lucharán tanto contra su pasado como por su futuro, dejando no solo la piel en el intento, si el Destino no lo remedia, hasta la vida. Poesía, libros prohibidos, avances científicos, y como nexo de unión, un joven Bécquer convertido en un personaje más.
Secretos, mentiras, remordimientos, sueños, pesadillas, pecados y penitencias, en una trama tan ágil como seductora, tan novedosa como mágica, simplemente, deslumbrante.

Primer premio "Mujer al Viento". No podía ser de otra manera.


LA OPINIÓN DEL GATO.

Fascinación. Es la única palabra que resume con exactitud lo que siento por la literatura del siglo XIX; y es que fascinantes me parecen los escritores y poetas románticos.
Hace años, cuando la juventud me ofrecía el pretexto y la desvergüenza necesaria para realizar afirmaciones categóricas, viscerales, rotundas, y me creía poseedora de la verdad absoluta, defendía con convicción que tras la literatura decimonónica, todo lo que vino detrás no era más que el resultado de cosechar aquella siembra.
Vale que ahora esa rotundidad ha dado paso a una tibieza moderada en mis opiniones al respecto, menester que dan los años y la experiencia lectora -y escritora- pero si es cierto que sigo pensando que muchos de los textos de hoy siguen bebiendo de aquella misma fuente, que han sido influenciados por aquella época creativa y si bien el siglo XIX sentó algunas bases de la literatura actual, esta ha sabido adaptarse a los tiempos y evolucionar con ellos.
Aún así es muy difícil para una amante de aquellos textos, encontrar hoy en día algo similar sin ser una copia de relatos ya existentes, y sin recurrir al original movimiento romántico. Difícil pero no imposible. Desde el momento que tuve en mis manos "Todo Mortal" de Ana Belén Rodríguez, leí la sinopsis, acaricié la portada (si, si, lo se, mi manía por las portadas que me hablan del libro) y sobre todo cuando comencé a leer, supe que no tenía delante de mi un libro más sobre misterio al estilo decimonónico, no, supe que me encontraba ante una obra Romántica, en el más estricto, puro y literal  sentido de la palabra ¡Oh, que placer me invadía página a página! no podía creer la suerte que había tenido, era como si en una noche de ensoñaciones en voz alta y quejas somnolientas, Ana Belén Rodríguez las hubiera escuchado y escrito una obra para satisfacer mis peticiones, deseos y mis ansias. 
Una trama perfectamente hilada, personajes que de bien perfilados que están, parecen hechos a imagen y semejanza de personas reales; tienen alma, pensamiento, movimiento, vida. Se les siente, se les ve, se les huele, se les comprende y se empatiza con unos como nos rebelamos contra otros, y todo ello a través de una narrativa que compagina a la perfección el auténtico y original estilo del siglo XIX, y el sencillo, exento de florituras, estilo actual; y lo que ya se va dejando sentir sobre todo para los que somos seguidores de las novelas de la autora, el estilo y carácter Patiño que imprime a sus obras. No es ni más ni menos que una sutil elegancia al escribir que hace que ciertas construcciones narrativas de la autora, comiencen a ser identificables en su trabajo, creando un estilo tan propio como hermoso, delicadeza y seguridad que frase a frase, logran unas descripciones tan visuales como las propias imágenes reales.

Se echan en falta relatos como este, tanto, que al encontrar uno de esta calidad, a alguien como yo que ya daba por extinto el puro estilo decimonónico, se le saltan las lágrimas. Una Novela con mayúsculas, género a parte, pues al fin y al cabo es lo de menos; y lo de más, una lectura que nos arrebate mientras la leemos y perdure en nuestro sentir cuando la hayamos acabado.

 Una novela sin fecha de caducidad, una historia inmortal para hacer soñar a los pobres mortales. 




TODO MORTAL
Ana Belén Rodríguez Patiño


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Una reseña de Yolanda T. Villar

©TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS



4 comentarios:

  1. Deseando que salga a la venta la novela de Ana Belén Rodríguez, y más tras leer esta reseña. Me encanta cuando son los escritores los que reseñan a otros escritores, hay detalles que pasarían inadvertidos a los lectores si no estás también en el otro lado.
    Enhorabuena a Ana Belén y por supuesto al Gato Trotero.

    Pd. Gracias por compartir tu relato ganador de las Mujeres Cuentan, me he emocionado y llorado como una madalena; me encanta ver a la Willow de siempre, pero mejor todavía.
    Un beso

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    Respuestas
    1. Te va a encantar Maricarmen, es una novela fabulosa, en muchos sentidos. Además, una vez conoces como trabaja la autora, Ana Belén Rodríguez, te harás seguidora suya incondicional.

      Gracias a ti, siempre, por seguirnos y disfrutad con nosotros.
      Un beso

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  2. No se dice delante mía, sino delante de mi. Gracias

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