miércoles, 15 de abril de 2015

CORAZONES EN LA SOMBRA de Víctor Manuel Gete





"Mil años he surcado bosques y páramos
Con el viento y la luna he comulgado
Alzarse he visto y caer grandes imperios
Reyes poderosos me han temido y odiado


Siempre buscando presas que sacien mis ansias
Pero mis ansias jamás podrán ser colmadas
Mi aullido resuena en los confines lejanos
Vástago soy de la noche enlutada


Mi espíritu palpita con sobrecogedora furia
La sangre corre frenética por mis venas
Mis colmillos brillan como relámpagos del averno
En mi profundidad la bestia ruge con estruendo


Mis garras cortan como el gélido acero
Mi olfato capta fantasmas y espectros
Mi pelaje se funde con el cielo tenebroso
Mis ojos son pozos hacia el mismo infierno


Infatigable cazador que perdura en los mitos
Terror de ancianos y también de niños
Leyendas e historias de los hombres alimentaré
Y nunca jamás el descanso eterno conoceré."


(Tulkas Hammer Pain)





CORAZONES EN LA SOMBRA de Víctor Gete


No acostumbro a leer literatura fantástica, cierto es que cuando lo hago es porque estoy convencida de que tengo algo bueno entre manos, bueno y diferente; suelen pecar algunos autores de este tipo de novelas de, intencionadamente o no, copiar mucho lo ya escrito con anterioridad, la novedad suele brillar por su ausencia y en demasiadas ocasiones -más de las que me gustaría- es como leer el mismo libro una y otra vez, tan solo se cambian los nombres y alguna ciudad y por lo demás, más de lo mismo. 
Yo, que si soy una ferviente admiradora de la literatura clásica de terror, que el mito de Drácula me parece el súmmum de los relatos románticos decimonónicos y uno de los pocos personajes literarios que logra sobrecogerme tantas veces como lo lea o visione en el cine, soy bastante escéptica ante las nuevas versiones del mito, esas que tanto en literatura como en la pantalla grande olvidan el verdadero origen del personaje para invadirnos las retinas con efectos especiales sobrecogedores e historias que serían igualmente interpretadas por Doris Day y Rock Hudson, pero con menos maquillaje mortecino y menos ojeras. Vamos, lo que decía unas líneas más arriba, más de lo mismo y cero sorpresas.

Sin olvidarnos de esas novelas que parecen escritas en una cadena de montaje y es que, si un autor consigue un éxito sin precedentes hasta entonces en el sector, ¡pues aprovechemos el tirón y escribamos todos lo mismo! si nos da fama y dinero, ¿para qué probar algo nuevo si esto funciona y bien? La ley del mínimo esfuerzo. Claro que esto no solo pasa en este género literario, no nos engañemos, cuando algo funciona, pues se exprime hasta que la fruta quede seca.
Y reconozco que son todas estas cosas, algunas de ellas incluso podrían definirse como prejuicios pre-lectura, las que me frenan a la hora de elegir ciertas novelas para leer. Y la de Víctor Gete no parecía que fuera a ser distinta. Bueno si, algo tuvo que serlo cuando sin que nadie me la ofreciera ni recomendara, yo misma me interesé por ella y sin saber muy bien que fue lo que me atrajo hacia sus páginas, su breve sinopsis parecía decir: ¡Léeme, léeme! Y comencé a leerla, aunque sin mucha expectación, solo me dejé llevar por sus páginas, eso si, una tras otra, una tras otra, pues sin darme cuenta, ya me había metido en la historia.
Ya he comentado que Drácula siempre ha sido mi personaje de terror favorito, y es que el Vampiro en general, ha despertado mi curiosidad y porqué no reconocerlo, mi admiración y temor a partes iguales; pero no ha sido así con los Licántropos, el hombre-lobo no ha sido un Ser que haya atraído mi atención en demasía, tal vez por esa idea romántico-gótica-decimonónica, que todos o casi todos llevamos en nuestra mente: el vámpiro caballero, casi gentleman, frente a un licántropo rudo, de instintos bestiarios, incapaz de pensar por si mismo y normalmente al servicio del Vampiro. Y es que si pienso en un licántropo que haya llenado literatura y pantallas de cine, no me viene ningún nombre a la mente ¿Paul Naschy en esas películas de terror de clase B?  y deje usted de contar. 

Entonces llega Gete y escribe una novela en la que los principales protagonistas, los "buenos" de la historia -o casi- son ellos, los licántropos. Y se queda tan ancho. Claro que, una vez que comienzas a leer Corazones en la Sombra te das cuenta que no podía ser de otra forma ¡Es que además de hombres-lobo, ya de por si fuertes, estos son vascos! ¿Cómo iba a ser el protagonista un finolis, estirado y repeinado vampiro? en Bilbao no debe haber ni uno, se lo hubieran comido hace tiempo en marmitako ¡Di que si Gete, los vampiros a Transilvania, y los vascos-lobos dónde tienen que estar, Bilbao. Leones y Lobos ¿Dónde pues si no? 
No os confundáis, no es sarcasmo, es cierto que esto le da a la historia una fuerza y una veracidad que una diría que si lo piensa seriamente, de ocurrir en verdad la historia, sería allí, si me imagino a un hombre lobo en España, alguien fuerte, que vive  en "manada" y el cual daría su vida por proteger su espacio, su tradición y su gente, si, serían los vascos. Cuando leáis el libro, ya me contaréis...
Pero ante todo, Víctor Gete, nos presenta una historia que va más allá de los estereotipos, prototipos y hasta arquetipos de una sociedad y una literatura que de tanto leer sobre ella, ha quedado en nosotros como parte del genoma humano; mi sorpresa ha sido mayúscula cuando me he encontrado con una novela que habla de tradición, de avances, de prejuicios, de ideas preconcebidas, de igualdad, de pasado y de futuro, de terror y de amor, de cadenas y de libertad; no es una novela gótica, no al uso al menos, pero tampoco es una novela romántica, al menos no solo, ambas partes, gótica y romántica, se aúnan con pinceladas de misterio, intriga, acción y aventuras. No es que sea difícil de definir, es que de una manera u otra, sería imprecisa.

Iker Gurges, un joven cachorro descendiente de una de las familias de licántropos más antigua y respetada de la historia, representa esa nueva generación de hombres-lobo que, al igual que todo joven perteneciente a una gran estirpe, debe enfrentarse al dilema de si seguir con las viejas tradiciones de la familia, o luchar por insuflar aire fresco a tan rancio abolengo; junto a sus amigos y un grupo de "renegados" encabezados por Erregina, se verán envueltos en una terrible guerra, primero y lo más doloroso, una "guerra civil" de hermanos contra hermanos, y después, una guerra contra sus mayores enemigos, los Obitus y resto de familias vampíricas. Acción, aventura, romance ¿Qué más se le puede pedir a una historia fantástica, que hacerla casi real?

Reitero mi sorpresa por la novela, y aunque sigue este género sin ser santo de mi devoción, he de admitir que me ha sorprendido gratamente y que ha roto una lanza en favor de la literatura fantástica y de terror, en lo que se refiere a mis preferencias y si, ciertos prejuicios, no os voy a engañar; y hay que reconocer que esto es mérito del autor, pues una historia puede ser muy buena en el fondo que si la forma no es la correcta, esta no llegará al lector con la misma intensidad. 

Si los licántropos son auténticos vascos-lobos ¿Os imagináis cuando el resto de comunidades autónomas reivindiquen su Ser legendario y fantástico? Me río yo del Bestiario de Tolkien...¡Viva la diversidad! 



CORAZONES EN LA SOMBRA
Víctor Manuel Gete


ISBN: 978-84-15495-33-8







Una reseña de Yolanda T. Villar

©TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS


























2 comentarios:

  1. No te hacía leyendo este tipo de novelas, Yolanda, me ha sorprendido la verdad. Aunque esto demuestra que no solo eres una escritora todoterreno si no una lectora intrépida, me gusta.
    Haré lo mismo que tú y le daré una oportunidad a este género.
    Enhorabuena al autor.

    S
    Besis!

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  2. Bueno, yo siempre digo que no hay un mal género, si no una mala manera de transmitirlo. En este caso, el autor lo ha dicho divinimante, pues es una de las pocas veces que he leído de un tirón una novela de este tipo sin querer llegar al final cuanto antes, y no por saber el desenlace precisamente.
    Sea como sea, decir NO de antemano, nunca es una buena idea.

    Un saludo!

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