miércoles, 11 de febrero de 2015

Nueva Carta sobre el Comercio de Libros. VARIOS AUTORES


Hace apenas unos días, un diario de ámbito nacional llevaba en sus páginas de cultura (interiores, por supuesto) un mensaje en forma de S.O.S. que emitían los editores españoles tras conocer, cargados de desazón, las últimas y alarmantes cifras de hábitos de lectura de los españoles. El 55% no lee nunca o casi nunca ninguna clase de libro.
Esto es: que si mañana se llevasen las cosas al extremo, estuviese de moda ir contra aquellos que leemos libros, y se somete a referendum (ésto sí que está de moda, el querer imponer una visión sobre otra por una paupérrima ventaja) el seguir vendiéndose libros en este país, es más que probable que tendríamos que acudir, como ya se hizo en tiempos de la censura franquista con el cine, a Perpignan para adquirir el último libro de Vargas Llosa o de Eduardo Galeano. Dos ejemplos.
Y es que muy poco se podía esperar de un Estado regido a golpe de delirio y rosario, tampoco en cuestión cultural, pero es un verdadero drama que tras la revolución que supuso la transición, y hasta nuestros días, ningún gobierno se haya preocupado de cuidar, alentar y abonar como merece los ámbitos de la cultura en España, que no es ni más ni menos que un documento gráfico, incluso sensorial, de las convulsiones de su alma.

Nueva Carta sobre el Comercio de Libros


Playa de Ákaba es una editorial diferente. Se trata de un sello que camina a contracorriente, arriesgando con el producto que lanza, la mirada puesta en destacar ese valor propio de los textos que consideran de calidad por encima de las tendencias de mercado. Buena muestra de ello es que, sin alcanzar los tres años de antigüedad, posee un interesante y variado catálogo de poesía. Pero no sólo sorprende por ello. También lo hace por publicar textos como el que nos ocupa, fuera de, a priori, toda lógica comercial: Nueva carta sobre el comercio de libros.
En 1.763, Denis Diderot, escritor, filósofo y padre de La Enciclopedia francesa junto a D´Alembert, escribió un ensayo titulado: Carta sobre el comercio de libros. En ella, el autor hacía una declaración en favor de los derechos del autor sobre la obra que escribía, además de denunciar la piratería (también la había, en forma de copistas baratos) y la censura, y la obligación del Estado de proteger y favorecer la creación intelectual y artística en pos de prestigiarse a sí mismo frente a los demás estados.
Escrita a veintiséis manos (entre las que destacamos escritores anteriormente reseñados en este blog como son Sergio Arrieta, Ana María Trillo o Eugenio Asensio), esta Nueva Carta, pretende rendir tributo al trabajo del autor galo, reivindicarlo, y poner de manifiesto los nuevos problemas que asolan el negocio de la literatura, algunos de ellos irresolutos por desgracia desde la Ilustración. Periodistas, profesores, catedráticos, traductores, abogados, empresarios, arquitectos, informáticos, historiadores, psicólogos, editores... Escritores que conforman un poliedro de múltiples caras que muestran los puntos más débiles, a su juicio, del sector; que indican las venas abiertas por las que se le va la vida a un sector literario necesitado de urgencia de curas; que proponen distintos métodos para combatir la piratería tecnológica, para proteger la creación literaria y la propiedad intelectual.
Con prólogo de Lorenzo Silva, fundador y editor de Playa de Ákaba junto a Noemí Trujillo (partícipe también con una acertada mirada desde su posición de editora) y epílogo de Enrique Clarós, este tratado sirve como perfecto termómetro de unos tiempos convulsos, cambiantes, necesitados más que nunca de una adaptación por parte de todos (distribuidores, editores, creadores,... incluso del público) para tejer una prenda que aisle a la literatura del frío y las inclemencias del mercado, sin desdeñar la flexibilidad necesaria para acoger todo tipo de creación y géneros.
Bien harían los poderes públicos en leer esta Nueva Carta, tomar nota de las propuestas de los hombres y mujeres que ocupan todos los espacios abiertos en el sector, y actuar conforme a sus propuestas (o las que puedan llegar) para, desde la base de la educación primaria, formar a una sociedad que viva acogiendo a la literatura como compañera de viaje y no de espaldas a ella; que encuentre en los libros espacios críticos que les hagan dudar; que, en definitiva, como manifestaba Diderot, promulgue a la literatura como ariete contra el embrutecimiento y la barbarie.


NUEVA CARTA SOBRE EL COMERCIO DE LIBROS
Varios Autores

ISBN: 978-84-941451-7-9


Editorial 
PLAYA DE ÁKABA





Puedes adquirirlo, aquí




Una Reseña de Santiago Navascués

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