miércoles, 4 de febrero de 2015

DEPREDADOR de Lucía Herrero







Pocos días antes de comenzar la lectura de la última novela de Lucía Herrero, zapeaba sin ton ni son una tarde vamos lo que viene siendo un zapeo al uso al acabar de comer, buscando algo lo minimamente interesante para no sucumbir a la modorra que da una buena comida y el calorcito de la calefacción; di con un documental sobre el Serengueti, de esos en el que manadas de leones o hienas, y algún que otro gran felino en solitario, andan a la caza y captura como grandes depredadores que son de algún inocente, frágil  y despistado herbívoro.  Es la ley de la selva, la del más fuerte, es ley de vida.
Todos sabemos cómo va a acabar el documental, no hay lugar para las sorpresas y los finales felices, y aún así, no me gusta verlos; llamadme floja, débil, pusilánime, ingenua, lo que queráis, pero ver como una gran depredador  destroza entre sus fauces a un animalito indefenso, por muy ley de vida que sea, no me gusta nada. Es como recordarte continuamente que nunca serás más de lo que eres, pues si has nacido hervíboro, siempre habrá un depredador dispuesto a saltarte a la yugular…y no podrás evitarlo y mucho menos, salir indemne. Y esta rotundidad no me gusta nada, no soy capaz de aceptarla sin más. Pero había una leona algo inadaptada, una cazadora solitaria y con malas pulgas hacia el resto de la manada, tan fiera y agresiva que era una amenaza incluso para los de su propia especie; de pronto, se encuentran con una manada de gacelas, las leonas comienzan su ataque en grupo y al final consiguen su pieza.
 La leona solitaria, sin embargo emprende su ataque en solitario, aprovechando la confusión y dispersión de las gacelas, y prácticamente, una de ellas se lanza a sus fauces en su ciega huida de la manada de leonas.
Con la tripa llena y tumbada baja una acacia, dormita tranquila cuando una cría de gacela perdida  y asustada se acerca peligrosamente hasta ella; la cría, extraviada y desorientada se queda a penas a unos metros del gran felino. Esta, tras unos segundos de perplejidad ante la inesperada visita del herbívoro, levanta un poco la cabeza y arrastrándose sigilosamente se acerca a la gacela y comienza a olfatearla mientras la pequeña no deja de emitir esos extraños gruñidos, mezcla de carraspeo y balido ahogado, gruñidos que atraen al resto de la manada de leonas…



DEPREDEDADOR de Lucía Herrero


Un par de días después comencé con la lectura de la novela de Lucía Herrero; la verdad es que hacía poco que había leído su anterior trabajo, y todavía recordaba perfectamente tanto la historia como los personajes. Así que cuando leí la primera página pensé ¡Vaya! me recuerda a la anterior, amigas de fiesta, chica guapa, chico guapo, copas, desinhibición, miradas que se encuentran, cuerpos que se rozan…pero seguí leyendo, al fin y al cabo una sola página no hace capítulo. Y efectivamente, unas cuantas páginas después no solo me había metido de lleno en la trama, si no que había encontrado suficientes diferencias con la novela anterior, bastantes como para seguir leyendo sin acordarme ya de la historia anterior.
Una de las cosas que primero marcan la diferencia, es que la acción comienza casi inmediatamente, no sabemos el nombre de la protagonista cuando el lector ya está sumido en un juego de caza trepidante, un acoso y derribo demoledor, sin  apenas acecho, pues el cazador tiene claro cuál es su presa y esta, al no ver venir a su carnívoro atacante, cae en un primer  y sorpresivo ataque, aunque no definitivo, y entonces ¡Bababúm! la libido se dispara, se caldea el ambiente y las pasiones se descontrolan.  Al lector no le queda la menor duda de porqué el título es el que es. La acción no es la única diferencia, o seña de identidad de la novela, poco tarda el lector también en descubrir que esta, la acción, es lo que es porque como su nombre indica, los protagonistas están sumidos en una espiral de deseo, ataque, defensa, rechazo, acecho, embestidas, abordajes, un quid pro quod, un toma y daca, un juego de pasiones y entrega sin remisión, una guerra de guerrillas entre dos combatientes que lejos de firmar la paz comienzan una avanzadilla para conquistar terreno enemigo y clavar una pica en Flandes…sin firmar capitulación alguna. Y con el sexo  por bandera. Porque sí, Depredador no es una novela romántica y punto, pero tampoco es una novela erótica sin más.  Yo la definiría como una historia Sensexual, en la que los cinco sentidos están a flor de piel, y uno más, el sexto, es el que al fin y al cabo se lleva “el gato al agua”; llamémosle paciencia, templanza, afecto, cariño, dilección, sentimientos  ¿Porqué llamarlo solo amor cuando queremos decir…”Sexenamoramiento”
Igual que un leopardo en la Sabana, un buen Depredador urbano es un cazador solitario, con una vista privilegiada y un finísimo oído, oculto entre la vegetación salta de repente sobre su presa y tras un ataque rápido y certero, se retira a disfrutar de su “conquista” en soledad, lejos de las miradas indiscretas…

Laia y Rafa, dos jóvenes atractivos e independientes, separados por más de 500 kilómetros de distancia entre ambos, cruzan sus caminos una noche en “tierra de nadie”, en dónde todo es posible y como en una selva de asfalto, el que no corre vuela;  y si no  quieres ser víctima de esta jungla urbana, has de pasarte al otro lado y es que hasta el más indefenso de los herbívoros, puede sacar sus garras y el más peligroso de los carnívoros, resultar ser un cachorrito.  Comienza entonces un ir y venir de San Sebastián a Madrid, en donde en cada encuentro, la sorpresa está garantizada y la acción, asegurada, sin olvidar los desencuentros, los  malentendidos, las dudas, los celos,  los sentimientos encontrados y enfrentados, los secretos y alguna mentira; no es nada extraño que así sea, pues Rafa, un depredador de manual esconde tras su seguridad y dureza, no solo debilidad, si no también tristeza.
Laia, por el contrario, demuestra poco a poco, sobre todo a ella misma, que es más fuerte de lo que pensaba y por encima de todo, dispone de una empatía, que desconocía por completo. Ambos no solo comienzan a conocer sus respectivos mundos poco a poco, si no que se van conociendo el uno al otro y sobre todo, conociéndose a sí mismos. Nada importa la distancia, ni las convicciones, ni las ideas preestablecidas, ni los prejuicios, nada puede acallar a un corazón ni aplacar un deseo, cuando se camina juntos y se deja de correr uno tras otro, como en una persecución entre víctima y verdugo.

Y es que no es tan fiero el león como lo pintan...¿Y la leona? ¿Bajo toda gacela hay una cazadora escondida?

Lucía Herrero vuelve a dar una vuelta de rosca a las relaciones  amorosas en esta su última novela, pues si alguien piensa que leída una novela romántica, leídas todas, es que no ha descubierto todavía el poder  “Sensexual” de Depredador. Y lo anterior, ya es Historia.


¿Queréis saber lo que le pasó a la pequeña gacela, sola y perdida ante una fiera leona y una manada más acercándose? Pues que la leona inadaptada agarró a la pequeña cría por el cuello, y la arrastró detrás de la acacia protegiéndola del resto de leonas que se acercaban. Tras un rato lamiéndola e intentado que comiera algo de la presa que ella no se había comido, la cogió nuevamente por el cuello y la llevó hacia dónde estaban el resto de las gacelas, tumbándose entre la escasa maleza mientras veía como la cría se alejaba tímidamente, hasta que una hembra se acercó a la pequeña extraviada y se la llevó con ella. La leona aún se quedó cerca casi hasta el anochecer, y finalmente se marchó sin mirar atrás, para seguir su caminar por la Sabana africana. Mañana tal vez volvieran a encontrarse, y esta vez cada una en su papel;  pero por un día, la Cazadora olvidó que lo era.







DEPREDADOR

Lucía Herrero





Una reseña de Yolanda T. Villar

©TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS

6 comentarios:

  1. Preciosa reseña, me ha gustado en particular tu forma de mostrar que hay algo más allá de esa relación de atracción intensa y sexo apasionado, que es lo que le da sentido a la historia. La descripción de los personajes me ha puesto también una sonrisa. Poca gente es en realidad lo que parece a simple vista ¿verdad?
    Muchísimas gracias por haberte tomado el trabajo de leer mi novela y más aún por reseñarla con tanto mimo.
    ¡Un besazo!

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    1. Un placer Lucía!
      Siempre me gusta leer lo que no está escrito, como decía una profesora mía, leer y llegar más allá de los reglones.
      Ya sabes, leerte nos encanta.

      Gracias por contar con nosotros y ya sabes, nuestro tejado es tu tejado!
      Un beso enorme!

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  2. ¡Que bonita historia! acabo de descargarla y empezaré a leerla esta misma noche. Gracias gata por traernos y recomendarnos novelas tan apasionantes.
    Me encanta leerte Yolanda, y recibir tu visita es siempre agradable.
    Un beso troteros!

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    1. Seguro que te encanta, no le falta de nada: pasión, romanticismo, aventuras, celos, secretos...

      Un placer tenerte por aquí siempre.
      Un beso

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  3. Sugerente título y tras la reseña, difícil resistirse a leer la novela.
    ¿De dónde sacas tanta tiempo para leer y reseñar? que superwoman!!!

    Besis guapis!!

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    1. Pues si el título te gusta, la novela te atrapará...como un depredador a su presa!
      Un abrazo

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