jueves, 30 de octubre de 2014

ESPAÑA EN VERSO de Leandro Arenas Domínguez








No sé qué haría si llegase un día en que no pudiera trotar por esta tierra mía. No me he considerado nunca un gato apegado a una bandera, o unos ideales políticos, no soy de defender a capa y espada viejas tradiciones obsoletas arraigadas en el inconsciente colectivo, no. Siempre he sido un espíritu libre aunque en demasiadas ocasiones me haya sentido limitado por  barreras ajenas, que en un intento de preservar lo que consideran suyo,  ejercen ciertas libertades que han terminado siendo cadenas para el resto; yo no soy de ningún lugar concreto porque mi alma está repartida tantas veces, como vidas tiene un gato, y en esas cuestiones, se de lo que hablo.

Amo las ciudades de mi tierra, tengo mi corazón entregado a sus pueblos, mi alma y mi mente es de sus campos, de sus bosques, de sus lagos y lagunas, de sus montañas y sus valles, de sus pequeñas piedras y sus  grandes rocas, de su cultura y su patrimonio, de su historia y su futuro, pero ante todo y más que nada, de sus gentes. No me importa qué lengua hablen, la mía suena y se entiende de igual manera  en todas partes, mis ojos los ven a todos iguales entre sí y al mismo tiempo, únicos en sí mismos y sé que todos ellos cuando me miran, ven a un Gato blanquinegro, nada más y nada menos, ya sean del norte o del sur, ya estén bañadas sus costas por el Mare Nostrum como lo estén por el Atlántico. Soy un Gato allá donde voy y así soy visto por todos los que me observan ¿Para qué hacer distinciones, si conmigo  no las hay?

Por eso me gusta tanto trotar por esta Tierra. Porque no me pertenece ni  un ápice de la misma y sin embargo, mis huellas están en ella tanto como ella, está en mí ¿Cómo no sufrir si un día no pudiera dejar estas huellas mías de nuevo en esta tierra nuestra?
Tal vez no sea tan difícil lograrlo, pues hay huellas que no se dejan en la arena, hay huellas que se dejan en el alma, y nada la reconforta más y la mantiene viva, como aquello que nunca muere: la palabra. Y si esta se hace verso,  vive siete veces sin morir jamás.

Y yo siempre he sido un Bardo Trotador…


“Nos lleva el poeta  a pasear por toda España, sin carros ni caballos, sin vehículos motorizados; lejos quedaron también los trenes de vapor y los modernos de alta velocidad, tan alta, que no parecen de este mundo,  y ni por asomo se ve un ruidoso avión en nuestro cielo. Hoy, el poeta nos lleva caminando de verso en verso, atravesando riachuelos sin mojarnos y cruzando montes sin sufrir un solo arañazo, hoy, el poeta es un bardo, un juglar, un trovador y hasta un titiritero, y verso a verso, provincia a provincia, nos enseña lo que no está en los libros, y lo que estando, no comprendemos porque no lo sentimos…
Leandro Arenas Domínguez, poeta de pueblo y campo, aquel que la Guerra Civil le arrancó los libros de las manos pero no pudo arrancarle las ganas de aprender, usa el verso como lienzo para pintar batallas de hace siglos y plasmar dioses que muertos hace tiempo, no dejan de revivir  con cada historia contada, con cada piedra añeja salvada.  No hay mejor manera de aprender, que aquella que parece que nada enseña, que solo entretiene, que muestra lo que ve pero no pregunta por qué se ve, solo nos insta a mirar y dejarnos llevar. Es este poemario un compendio de Historia y Geografía, y contado de tal manera, que nos entra por los ojos igual que por el alma, sin fuerza, sin causar estragos, sin imponerse ni reafirmarse, solo fluye, como fluye un río camino de la mar: naturalmente.
No puedo evitar recordar las coplillas de mi abuelo, ligeros poemillas que parecían simples canciones de niños en el patio de una escuela o el atrio de una iglesia antes de empezar la misa de domingo, y que sin embargo hablaban de la historia de mi tierra manchega, contaban hazañas de héroes vestidos de pana y que calzaban abarcas, coplillas de una República que se forjaba a golpe de desventuras de marqueses y condesas, de grandes señoronas y pequeños caciques…y que aprendidas desde bien niña, no he olvidado jamás, porqué nunca supe ni imaginé siquiera, que se me estaba enseñando una lección. 

Leandro Arenas, con su verso sencillo y su enseñanza vestida de poema, nos da una clase maestra de cómo ni la falta de medios,  ni la edad, pone barreras a la avidez y la curiosidad.
Un paseo por nuestra Geografía, en los versos de este requenense, cuyas medallas y méritos,  no están solo en su repisa o pared, si no en su corazón poeta y trotero. “



“Cuenca…
coqueta novia del Júcar
que te abraza y te acaricia,
que te arrulla y que te besa
sin que sea una sorpresa
vuestro mutuo cariño…
Trigales en Tarancón,
ajos en las Pedroñeras,
un pantano en Alarcón
 medio pantano en Contreras…
Para carbón Henarejos,
queso manchego en Motilla,
el Castillo de Belmonte
Y sal gema en Minglanilla…”

(fragmentos de Cuenca, de Leandro Arenas)




ESPAÑA VERSO A VERSO

Leandro Arenas Domínguez

Diseña e Imprime: nova bernia

ISBN: 978-84-937004-7-8

Todos los beneficios de este libro serán repartidos entre:

la Asociación de enfermos de Alzheimer de Requena y el Centro Ocupacional de Requena


Una reseña de Yolanda T. Villar
©TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS

2 comentarios:

  1. Ya sabes la razón de mk ausencia por estas fechas, hoy, gracias a Nati Tejero y su Nati/Tina de Libro de Arena, llego hasta aquí así que aprovecho y comparto, tesoro.
    MUAAKKKSSS

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  2. Da igual lo que tardes en venir, en este tejado sabemos que nunca andas lejos.

    Muchas gracias y un beso!

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