miércoles, 20 de agosto de 2014

TIZA de Eugenio Asensio



“…LUCRECIA.- La voz de Calisto es ésta. Quiero llegar. ¿Quién habla? ¿Quién está fuera?

CALISTO.- Aquel que viene a cumplir tu mandado.

LUCRECIA.- ¿Por qué no llegas, señora? Llega sin temor acá, que aquel caballero está aquí.

MELIBEA.- ¡Loca, habla paso! Mira bien si es él.

LUCRECIA.- Allégate, señora, que sí es, que yo lo conozco en la voz.

CALISTO.- Cierto soy burlado. No era Melibea la que me habló. ¡Bullicio oigo, perdido soy! Pues, viva o muera, que no he de ir de aquí.

MELIBEA.- Vete, Lucrecia, a acostar un poco. ¡Ce, señor! ¿Cómo es tu nombre? ¿Quién es el que te mandó ahí venir?

CALISTO.- Es la que tiene merecimiento de mandar a todo el mundo, la que dignamente servir yo no merezco. No tema tu merced de  descubrir a este cautivo de tu gentileza, que el dulce sonido de tu habla, jamás de mis oídos se cae, me certifica ser tú mi señora Melibea. Yo soy tu siervo Calisto.

MELIBEA.- La sobrada osadía de tus mensajes me ha forzado a haberte de hablar, señor Calisto, que habiendo habido de mí la pasada respuesta a tus razones, no sé qué piensas más sacar de mi amor de lo que entonces te mostré. Desvía estos vanos y locos pensamientos de ti porque mi honra y persona estén, sin detrimento de mala sospecha, seguras. A esto fue aquí mi venida, a dar concierto en tu despedida y mi reposo. No quieras poner mi fama en la balanza de las lenguas maldicientes. (…)”

(Fragmento de La Celestina)



Trotar por el mundo, aparte de tragar polvo y millas, te hace cruzarte con decenas de personas, cientos, miles al final de toda una vida, y si encima son siete las vidas trotadas, serían decenas de miles los seres que has conocido en tu incesante trotar. Pero si uno se para a pensar en ellas, se da cuenta que la gran mayoría no son más que bultos, sombras, borrones sin rostro, ni voz, ni nombre; solo son parte de esa gran decorado que es el Mundo, figurinistas y atrezzo  en la Obra de tu Vida.
Uno puede estar rodeado de gente todos los días y no interactuar con ninguna de esas personas, pasando sin pena ni gloria por la vida de unos y otros; sin embargo, otras veces, hay personas que dejan profunda huella en nosotros y viceversa, sin ser conscientes de ello. Todos tendemos, con el paso del tiempo a endiosar o demonizar épocas pasadas y personas del ayer, dependiendo de cómo le haya ido a uno en la Feria, y no necesariamente esta apreciación ha de ajustarse a la realidad, pues en la mente de cada uno, es esa ruedecilla que pone en funcionamiento un mecanismo de defensa, para justificarnos ante nosotros mismos de en quién nos hemos convertido y qué hemos hecho de nuestra vida.
Son cómo las batallitas de la mili que aún siguen contando algunos, o las travesuras infantiles de patio de colegio; son esos compañeros que hacían de las tablas de multiplicar o los ríos de España, una aventura constante, aunque en su momento nos costase un reglazo en la palma de la mano o un castigo cara a la pared. Todos tenemos un “profesor ángel-salvador-héroe” y  algún que otro “maestro demonio-torturador-villano”, y puede que ni uno ni otro sepan que interpretaron ese papel en nuestra vida. No me gustaría haber sido un simple figurinista en la Vida, pero tampoco la pesadilla en la vida de otro ¿tan difícil es vivir y trotar sin más? ¿Todos tenemos que ser irremediablemente parte de la vida de los otros?


Creo que un Trotero como yo sabe la respuesta, le guste o no: No se puede caminar sin dejar huella…


“ TIZA es una novela sobre la vida misma. Intentar catalogarla dentro de algún género existente, es imposible, pues los tiene todos y al mismo tiempo es única en su especie. Como la vida. Una vida llena de emociones y vivencias, pero única en el mundo, no hay otra igual, porque no hay dos personas iguales. Se mire como se mire, se lea como se lea, TIZA es una novela sobre la Vida. De vida y de vidas, pues cuando en nuestro día a día se cruzan los días de otros, formando semanas, meses, años, se crean vidas enteras.

El protagonista de la novela es un personaje sin ni siquiera nombre, que intenta conservar su anonimato para protegerse así mismo de ese protagonismo en el que se ha visto envuelto y el cual le abruma y descoloca, de tal manera que se ve desprovisto de esa rutina e invisibilidad que le sirven de coraza y le protegen no solo del mundo exterior, si no de sí mismo.
El aburrimiento es su modus vivendi, tanto en su vida personal como en su vida profesional; hombre gris y triste fuera del trabajo, profesor aburrido y descontento en su entorno laboral. Un aburrimiento del cual ni siquiera es consciente, tedio y monotonía que no siente ni le pesa porque desconoce que se puede vivir de otra manera, peso que lleva sobre sus hombros sin que le pese; hasta que un buen día, la madre de un ex-alumno suyo, Héctor Almansa, le ruega entre lágrimas que visite a su hijo en la cárcel, acusado de asesinato y a la espera de juicio, y cuya única petición ha sido poder hablar con su antiguo profesor. El protagonista se siente algo extrañado por semejante requerimiento, pues de Héctor como alumno tan solo recuerda sus salidas de tono y su falta de respeto por profesores y el resto de compañeros, y poco más, pues entre ambos nunca existió una relación lo suficientemente fuerte o especial, para que el muchacho realice semejante petición.

En parte por curiosidad y en parte por sentirse forzado por la lastimera madre accede a visitar al joven, sin saber muy bien qué pretende este de estas visitas y por qué razón le ha hecho llamar justamente a él. Visita a visita, durante las cuatro que realiza a su ex-alumno, el profesor va descubriendo que tras las lecturas que comparten y el afán de Héctor por convencerle de su inocencia, se esconde algo más. Las charlas entre ambos terminan sacudiendo los cimientos morales y personales del profesor, removiendo y trastabillando su mundo, lanzándole a una búsqueda caótica y desesperada del sentido de su propia vida. Y un libro, que sin saberlo, ha marcado sus vidas.

TIZA es sorpresiva, tan ácida como agridulce, una espiral de emociones y una trituradora de convencionalismos…y es que hay muchas veces que el Destino nos da palmaditas en la espalda, pero en otras ocasiones, se dedica a poner zancadillas.

No me importa volver a repetirlo, cuanto más lo pienso, más segura estoy de ello. TIZA, es Vida.”



TIZA


ISBN: 978-84-941451-6-2

ISBN Epub: 978-84-942108-5-3

Editorial  Playa de Ákaba, S.L.



Una Reseña de Yolanda T. Villar
©TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS

4 comentarios:

  1. ¿Qué decir? ^_^ Que me ha gustado muchísimo tanto la valoración de TIZA, del autor Eusebio Asensi, como la profundísima reflexión que haces sobre la Vida.
    Conmovida, te felicito y envío un abrazo ^_^

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    1. Debo reconocer, Vicenta, que he descubierto a Eugenio hace poco, con esta novela para ser exactos, pero su manera de escribir y sobre todo su respeto por el trabajo ajeno, me han cautivado por completo. Este Gato está deseando leer más cosas de Asensio.

      Un abrazo y gracias por tu fidelidad

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  2. ¡Que gran reseña y que bonitas reflexiones! el libro es estupendo y así contado aún lo embellece más. Enhorabuena por tan buen trabajo conjunto.
    Mary

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    1. Gracias Mary.
      Cuando una obra es buena y el autor mejor persona, leer y reseñar se convierten en el mayor de los placeres.
      Un abrazo

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